Siempre había imaginado que el mapa de Panamá iba de norte a sur, como zigzagueando hasta chocarse con Colombia. Vergonzoso es darse cuenta de lo poca o nula bola que se le da a esta región del planeta en nuestro ámbito. Me pareció muy interesante que la geografía panameña se desarrolle de este a oeste y que tenga forma de S acostada. El territorio está dividido en 10 provincias y 5 comarcas indígenas.
Fue siempre considerado un país de tránsito y por tal condición fue un punto de encuentro de culturas provenientes de todo el mundo.
Panamá tiene una posición privilegiada en varias clasificaciones en crecimiento y desarrollo en América Latina y dicen que es el segundo país más competitivo y también el de mayor crecimiento económico. Pero lo gracioso de estas estadísticas es que siempre se cataloga al país en términos absolutos, o sea que básicamente, no se tiene en cuenta la distribución de la riqueza... Así cualquiera campeón!
Aterrizar en Panamá no es moco de pavo. Uno llega entusiasmado, espera que el avión estacione, que coloquen las escaleras, se para, forcejea con las viejas sentadas del lado de las ventanillas que quieren sacar sus equipajes de mano antes de que los pasajeros del pasillo se levanten, agarra sus cosas, verifica dos veces si se olvida algo, se pone en la fila y finalmente, luego de decirle "chau, gracias" solo a la azafata más linda, pone un pie en la escotilla, se agarra del pasamanos y pretende iniciar el descenso hacia la pista para ir a sellar su pasaporte cuando de improviso, una trompada de aire caliente (a temperatura ambiente local) le vuela el flequillo (a mi también me voló el rubio y ondulado flequillo) y lo empuja hacia atrás infundiéndole un pánico pocas veces experimentado. La frente, los sobacos, las ñorlas y principalmente la raya del trasero, reaccionan en una explosión de sudor decorando el suéter, la camperita, el pantalón largo, los calzones, etc. De ahí uno debe arreglárselas para caminar en un modo bastante pegajoso hasta el edificio del aeropuerto en donde otra trompada, aun más cruel, de aire acondicionado a temperatura antártida, le congela las gotas saladas que vienen deslizándose alegremente por el cuerpo dejándolo en una situación maquiavélica para ir a hacer frente a los oficiales de inmigración. No es de extrañarse el porqué de tantas requizas, preguntas y desconfianzas para con los viajeros... La mayoría llega al mostrador con la cara toda roja, el ceño fruncido y pegoteado, abrigadisímos, y con una cara que combina la alegría de pisar un nuevo continente y la incomodidad de tener los sobacos y los cachetes inferiores pegoteados.
Bien, después de evadir a los mentirosos taxistas (existen en todas las regiones del planeta) que te aseguran que no hay bondis desde el aeropuerto hasta la ciudad, que perjuran que ese día justo hay una manifestación que bloquea el acceso a los turistas, que prometen que el costo de su vehículo es igual o inferior que el del transporte público, etcétera; ganamos la veredita al lado de la autopista y caminando unos 500 metros llegamos a la parada del autobus. Veinte miserables centavos de dolar lo habilitan a uno a ser transportado por 40 minutos en un vehículo colectivo con una música tipo cumbia/ballenato a decibeles peligrosos.
Desde lejos ya, la capital del país se perfila distinta. El perfil o skyline (para que mi madre no sienta que mandarme a estudiar inglés fue en vano) me hizo acordar a Singapore (vea mi post amig@ y no se asuste de verme allí luciendo una salvaje cabellera) aunque con menos asiáticos y sin pena de muerte por tenencia de drogas.
Básicamente la ciudad se divide en 3 zonas para el viajero:
alfa- El casco viejo, en donde se concentran la mayoría de los turistas y todo tiene un aire muy caribeño a pesar de estar asentada sobre el océano Pacífico.
beta- La zona de los rascacielos, hogar de las más caras cadenas hoteleras, los bancos, multinacionales y departamentos y hogares de la chusma adinerada.
gamma- El resto de la ciudad. Dicen los locales que cualquier turista que se acerque a las zonas limítrofes que dan a los barrios, instantáneamente queda desnudo y sus bienes materiales pasan a ser confiscados por los autóctonos; por ello, mejor no tentar la fortuna.
Encontramos un hostel decente en el casco viejo, el más caro de todo el viaje: 13 U$S la noche, con desayuno incluído, que varias veces ofició de "brunch" (ahí te tiré otra Norma!) o almuerzo tempranero y que incluía: café o té hasta que la vejiga aguante, bananas y pan lactal a discreción con la posibilidad de tostarlo y de aderezarlo con mantequilla de maní (más o menos lo que tiene adentro el Bon-o-bon) y mermeladas... Que atoradas me habré pegado para hacer valer los 13 morlacos jojo!
El casco histórico es de lo más pintoresco, muy parecido a lo que imagino que debe ser la Habana en Cuba, aunque nunca estuve, pero que la propaganda yanqui me ha hecho creer durante todos estos años. Hay mucho edificio viejo, mucho malecón, mucha iglesia, mucho turista, mucho barcito... Pero lo más lindo es el mercado callejero que está entre el centro y la zona en donde empieza el camino a la parte de los rascacielos. Las frutas y las verduras son super coloridas y sabrosas [y re-baratas] y cualquier bien, desde ojotas, ropa, machetes a tecnología de punta, se ofrece a precios ridículos. Debe de ser una de las zonas francas más grandes del mundo.
La parte de los rascacielos no es nada del otro mundo pero hay que admitir que es impactante. Para aprovechar el esfuerzo humano de construir semejante infraestructura y monumentos, procedimos a infiltramos al "Hilton" (cadena de hoteles en la cual nunca podré alojarme, dado lo exorbitante de sus precios y la vulgaridad de su lujo) para ver si lográbamos algunas instantáneas panorámicas desde su cima. Pretendiendo saber lo que hacíamos, pasamos por la recepción sin preguntar nada, así crotazos nomás, y encaramos hacia los ascensores. A fuerza de tocar botones, fuimos a dar a la suite presidencial que estaba en remodelación. Cuando se abrió la puerta 5 albañiles nos miraron frunciendo el ceño y quedaron en silencio... Sophien salvó la situación:
- Disculpen! Estamos perdiden! Esten hotel es mucho granden!... Saben como ir a la terrazen?
Su voz extranjera fue suficiente para que los muchachos largaran una relajada carcajada y nos guiaran hasta el siguiente ascensor que nos llevaría a la terraza, con bar y piscina. Una vez allí, actuando como jefes, procedimos a sacar fotos desde el mirador artificial y a saciar nuestra sed con agua mineral exclusiva para huéspedes.
Muy cerca de la ciudad se encuentra también el famoso "Canal de Panamá", obra monumental que facilita la comunicación entre las costas del océano Atlántico y el océano Pacífico. Para poder entrar al complejo, que incluye un excelente museo sobre el canal y su construcción, es menester la adquisición de una entrada que duele unos 15 U$S... Astutamente nos habíamos informado sobre dicho ticket y la clave resultó ser la duración del mismo. Bastó entonces con esperar afuera un rato a que salieran las ordas de turistas gringous y pedirles sus tickets poniendo cara de pobre. La treta funcionó de maravillas y procedimos a visitar gratuitamente el faraónico proyecto y su bienaventurado museo. (It's freeeeee!!!).
Desde su inauguración en 1914 ha conseguido acortar en tiempo y distancia la comunicación marítima, dinamizando el intercambio comercial y económico al proponer una vía rápida y relativamente económica entre los 2 océanos.
Me pareció curioso (pero bastante obvio) que muchos barcos se hayan fabricado de acuerdo a las dimensiones del canal.
Lo notable del canal es, basicamente, su funcionamiento: como no era posible construir un paso a nivel del mar (tal vez era posible pero no económicamente viable) se pensó en fabricar un lago (no muy difícil por la tremenda cantidad de aguas pluviales anuales) y mediante diques y exclusas ir subiendo el objeto en cuestión que se proponía a atravezar el estrecho térreo hasta alcanzar el nuevo lago y, proceder a bajarlo a nivel del otro océano una vez alcanzada la opuesta orilla. Se enorgullecen en predicar que todo funciona usando como combustible único, la fuerza de gravedad... O sea que el agua del lago baja a los piletones, los llena y cuando el flotíbulo deja la exclusa propiamente dicha, el vital líquido sigue su cuso cuesta abajo en firme encuentro con el océano. Son MUCHOS litros de agua dulce que se pierden en el mar... Pero esto no parece ser un gran problema (?)...
Es obvio que el canal deja regalías más que sabrosas y mucho más obvia es la repartición del botín... No hay repartición.
Actualmente se está construyendo una ampliación, un tercer canal por el que van a pasar naves aún más grandes y de mayor capacidad de carga. Parece ser que hay quilombo con Nicaragua, ya que esta pretende también construir un paso interoceánico dando la licitación a concesionarios chinos y arruinando sus ecosistemas y paisajes naturales...
Como nuestro objetivo se encontraba hacia el noroeste del punto geográfico en que nos encontrábamos, tuvimos que sacrificar la zona del Darien y especialmente las islas de San Blas, hogar de los aborígenes "Kuna" y sede de unas de las playas más lindas del planeta... Ergo, las ruedas de nuestro rodado giraron en dirección poniente y nos depositaron en David.
David es la segunda ciudad panameña y no es más que un pueblo grande. Un hostel color violeta, en donde todo, pero todo era de color violeta lila morado nos recibió con los brazos abiertos. Esta tranquilísima ciudad/pueblo está posicionada cerca de varias maravillas naturales a las cuales se accede montando corceles mecánicos como el indicado en la foto a continuación:
El primer día nomás, influídos por pícaros viajeros hospedados en el mismo refugio violáceo, marchamos hacia un río caracterizado por encontrarse oprimido entre paredes de roca natural que le daban un aire de gran cañón. Esta especie de raja sobre el terreno es un punto muy turístico para los locales, pues sus aguas son cálidas y sus mujeres bellas y bikinidas.
El primer día nomás, influídos por pícaros viajeros hospedados en el mismo refugio violáceo, marchamos hacia un río caracterizado por encontrarse oprimido entre paredes de roca natural que le daban un aire de gran cañón. Lo exitante de la cuestión era la posibilidad de arrojarse al vacío desde sus elevadas paredes y acuatizar en un estruendoso golpe. Eh aquí el garrafal error.
En la secuencia siguiente se observa el salto ornamental del especímen macho de la pareja:
1- El macho observa valientemente el punto de acuatizaje.
2- Impúlsase hacia el vacío decididamente causando la admiración en la platea femenina.
3- Ya en el aire, intenta una suerte de despliegue alado aprovechando las pocas ocaciones de ventilar disimuladamente sus vapuleadas axilas.
4- En un momento de desconcentración, el cuerpo adquiere una pseudoforma de bicho canasto, perdiendo varios puntos en el ranking de apuestosidad.
5- Ya sin importar la elegancia, performa su ingreso al transparente líquido en forma estruendosa y desordenada, dándo el golpe de gracia para siempre ante la platea del sexo opuesto.
En el caso a describir a continuación, se verá un terrible accidente y pedimos precaución y discreción a la hora de observar el morboso espetáculo. Recomendamo encarecidamente a niños y abuelos de estar acompañados de una persona más o menos responsable:
1- La hembra se dispone a sambuyirse en un afán se hacer también lo que hace el niño.
2- Toma envión estilizadamente.
3- Despega sus pies decididamente del sólido apoyo.
4- Desciende en caída libre, ya sin tanta elegancia.
5- Inicia su frenaje transponiendo una parte de su cuerpo en la composición de H2O. Si se observa cautelosamente, se aprecia en el rostro una expresión de pavor.
6- En esta instantánea se captura el momento del feroz accidente; el estallido subacuático del tímpano derecho de la jovencita que se ve afectado por la diferencia de presión, estalla produciendo una onda expansiva similar a la de un flatus bajo el agua, causándole un desmesurado dolor; efecto ante el cual, el atento servidor se sumerge en las peligrosas aguas con intensiones de rescate.
7- Finalmente, gracias a la valiente y veloz reacción del muchacho, el evento no pasa a mayores.
El costo de semejante acrobacia fue de solo una visita hospitalaria de emergencia y la contratación de los servicios de un otorrinolaringólogo, el cual ordenó un par de inyeccioones en el trasero y la prohibición absoluta de posicionarse a más de 1000 metros por sobre el nivel del mar. (La última premisa sería pocas veces respetada).
Bien, dando rienda suelta a la glotonería paisajística, movilizámonos decididamente hacia el sector caribeño del istmo y atracamos en el famoso archipiélago conocido como Bocas del Toro.
Desafortunadamente solamente pudimos visitar 2 de sus islas, pero este es uno de los pocos lugares en los que me hubiera gustado realmente reposar mis cachas por un par de meses.
Un bote muy veloz y saltarín nos transportó a la primera isla, en donde se encuentra la capital, se llama Isla Colón y está practicamente poblado por turistas en permanente estado etílico y una gran proporción también en estado de empepamiento. El alcohol y las drogas están a la orden del día, como así también la oferta de juergas semi y muy turbias. Pero ánimo compadre, también la isla ofrece paisajes, playas, montañas y vegetación exhuberantes, todo al alcance de la mano (o de una corrida en bicicleta).
Me tocó ver, tristemente, en el hostel en donde nos hospedábamos, una de las cosas más duras que le pueden pasar a un jóven o adolescente. Resulta que la mayoría de los hospedajes ofrecían panqueques gratis e ilimitados para el desayuno, por lo que el entusiasmo y la ansiedad estomacal crecían acorde la noche llegaba a su final, primorosos del encuentro con el codiciado manjar. La angustia se presentó cuando, arribando a la cocina y sala de desayuno, los huéspedes se encontraban con un fastuoso paquete de 10 kilos de mezcla lista para preparar panqueques. La letra chica del contrato establecía que el interesado debía performar la acción de tomar algunas cucharadas del dulce polvo, mezclarlo con agua, batir enérgicamente y derramar el compuesto en pequeñas dosis sobre una sartén caliente para transformar químicamente el mejunje en solidas hojuelas dulces. Llamome poderosamente la atención, la incapacidad de la mayoría de llevar a cabo semejante procedimiento, a pesar de la clarísima explicación impresa en el envase del nonato panquecon. Y así el entusiasmo inicial de los jóvenes que llegaban consecuentemente al salón desayunador se transformaba en desesperación y luego en resignación hambrienta.
Intenté explicar a los más entrados en pánico el simple proceso, ya que su desesperación crecía al observar la cantidad exagerada de panqueques en mi posesión, pero el esfuerzo fue infructuoso en la mayoría de los casos y muchos optaron por saciar su voracidad en los barcitos callejeros. Triste realidad de jóvenes inútiles.
Un par de días en la fiestera isla en la ciudad de Bocas del Toro fueron más que suficientes para mi tolerancia y acordamos visitar la famosa isla llamada Bastimentos (bastimentos es la palabra antigua usada para provisiones) nombrada así porque Cristóbal Colón se detuvo en esta isla a reabastecer sus naves en uno de sus viajes.
Esta pedazo de tierra que despunta sobre el mar es totalmente otra cosa. Para empezar, la escasa población que la habita es Creole, descendientes africanos que hablan un dialecto del Creole Jamaiquino. Suena como una mezcla de español e inglés y no se entiende un carajo. En esta isla no hay carreteras ni vehículos (sólo unos carritos de golf al servicio de un par de hoteles de categoría inalcanzable para un mochilero) y cualquier punto de la isla se alcanza a pie, o si no es posible por tierra, en water taxi.
Tuvimos la (buena) suerte de que durante los 3 días que allí estuvimos el cable eléctrico sub acuático que une ambas islas se rompió y todo quedó oscuras... Totalmente a oscuras... Tan a oscuras que para cocinar, salir a caminar a la noche o realizar cualquier actividad había que usar velas o linternas... El efecto de tal desgracia fue magnífico: la Vía Láctea atravezaba la bóveda celeste en un modo poético jamás visto a la luz de las farolas urbanas y las constelaciones parecían incrustadas sobre el negro fondo. Los sonidos se volvieron más nítidos y las voces más bajas... Cada intento de comunicación era verdaderamente cuidado para no intervenir en el natural concierto insectívoro, avícola y simiesco. Los humanos que en ese momento nos vimos unidos por el destino en el mismo lugar, nos deleitamos en comunidad de la majestuosa creación.
Debo admitir que (A MI) las playas me parecen uno de los ecositemas humanos más aburridos de la creación, pero jamás en mi cochina vida he visto playas más bellas que las que pisé en ese territorio insular. No solo eran bellas de ver, sino también de aguas tibias, olas juguetonas, vegetación frugal y europeas mironas. Es gustoso pasar tiempo haciendo usufructo de las ventajas del lugar como así también invertir tiempo en la observación de los fenómenos naturales que a cada momento ocurren. Para ir de un lado a otro de la isla se requiere, en general, una caminata de unos 30 minutos por senderos (a veces bastante barrosos) que atraviesan porciones de jungla y selva tropical. La recompensa es una premonición del paraíso...
El pueblito de Bastimentos, una sola calle (ni siquiera tiene el ancho legal de lo que podría considerarse calle) que no debe llegar a los 2 kilómetros de longitud, y casitas agolpadas a su lado, con cancha de fútbol, 2 supermercados chinos (todos los supermercados en centro américa son chinos) y sus amabilísimos habitantes conforman la receta justa ante cualquier requerimento de belleza y armonía. Y aunque cuando un niño, muy amigablemente, inicie un monólogo en creole con vos y lo único que puedas decir es "yes, si... Yes, si" porque no entendiste un carajo, el idioma de la sonrisa y de la amabilidad te va a llevar a un mundo nuevo: el universo de los pueblos caribeños.
No os perdais el próximo episodio en Costa Rica, en donde te entregan un buen tarro de vaselina en la frontera (y una palmadita en el hombro) para prevenirte del emperne despiadado que te propinará su regetonero pueblo de la mano de sus altos precios para gringous retirados que vacacionan en hoteles de 5 estrellas y no asoman la nariz afuera convencidos de que si lo hacen morirán horrible e irremediablemente lejos de sus seres queridos y adolesciendo de todo tipo de afecto.
Salud.
Fue siempre considerado un país de tránsito y por tal condición fue un punto de encuentro de culturas provenientes de todo el mundo.
Panamá tiene una posición privilegiada en varias clasificaciones en crecimiento y desarrollo en América Latina y dicen que es el segundo país más competitivo y también el de mayor crecimiento económico. Pero lo gracioso de estas estadísticas es que siempre se cataloga al país en términos absolutos, o sea que básicamente, no se tiene en cuenta la distribución de la riqueza... Así cualquiera campeón!
"Si hay dos personas y una de ellas se come dos pollos y la otra ninguno, las estadísticas afirman que cada persona se comió un pollo." [cuac me suena cuac] (Bernard Shaw)
Aterrizar en Panamá no es moco de pavo. Uno llega entusiasmado, espera que el avión estacione, que coloquen las escaleras, se para, forcejea con las viejas sentadas del lado de las ventanillas que quieren sacar sus equipajes de mano antes de que los pasajeros del pasillo se levanten, agarra sus cosas, verifica dos veces si se olvida algo, se pone en la fila y finalmente, luego de decirle "chau, gracias" solo a la azafata más linda, pone un pie en la escotilla, se agarra del pasamanos y pretende iniciar el descenso hacia la pista para ir a sellar su pasaporte cuando de improviso, una trompada de aire caliente (a temperatura ambiente local) le vuela el flequillo (a mi también me voló el rubio y ondulado flequillo) y lo empuja hacia atrás infundiéndole un pánico pocas veces experimentado. La frente, los sobacos, las ñorlas y principalmente la raya del trasero, reaccionan en una explosión de sudor decorando el suéter, la camperita, el pantalón largo, los calzones, etc. De ahí uno debe arreglárselas para caminar en un modo bastante pegajoso hasta el edificio del aeropuerto en donde otra trompada, aun más cruel, de aire acondicionado a temperatura antártida, le congela las gotas saladas que vienen deslizándose alegremente por el cuerpo dejándolo en una situación maquiavélica para ir a hacer frente a los oficiales de inmigración. No es de extrañarse el porqué de tantas requizas, preguntas y desconfianzas para con los viajeros... La mayoría llega al mostrador con la cara toda roja, el ceño fruncido y pegoteado, abrigadisímos, y con una cara que combina la alegría de pisar un nuevo continente y la incomodidad de tener los sobacos y los cachetes inferiores pegoteados.
Bien, después de evadir a los mentirosos taxistas (existen en todas las regiones del planeta) que te aseguran que no hay bondis desde el aeropuerto hasta la ciudad, que perjuran que ese día justo hay una manifestación que bloquea el acceso a los turistas, que prometen que el costo de su vehículo es igual o inferior que el del transporte público, etcétera; ganamos la veredita al lado de la autopista y caminando unos 500 metros llegamos a la parada del autobus. Veinte miserables centavos de dolar lo habilitan a uno a ser transportado por 40 minutos en un vehículo colectivo con una música tipo cumbia/ballenato a decibeles peligrosos.
Desde lejos ya, la capital del país se perfila distinta. El perfil o skyline (para que mi madre no sienta que mandarme a estudiar inglés fue en vano) me hizo acordar a Singapore (vea mi post amig@ y no se asuste de verme allí luciendo una salvaje cabellera) aunque con menos asiáticos y sin pena de muerte por tenencia de drogas.
alfa- El casco viejo, en donde se concentran la mayoría de los turistas y todo tiene un aire muy caribeño a pesar de estar asentada sobre el océano Pacífico.
beta- La zona de los rascacielos, hogar de las más caras cadenas hoteleras, los bancos, multinacionales y departamentos y hogares de la chusma adinerada.
gamma- El resto de la ciudad. Dicen los locales que cualquier turista que se acerque a las zonas limítrofes que dan a los barrios, instantáneamente queda desnudo y sus bienes materiales pasan a ser confiscados por los autóctonos; por ello, mejor no tentar la fortuna.
Encontramos un hostel decente en el casco viejo, el más caro de todo el viaje: 13 U$S la noche, con desayuno incluído, que varias veces ofició de "brunch" (ahí te tiré otra Norma!) o almuerzo tempranero y que incluía: café o té hasta que la vejiga aguante, bananas y pan lactal a discreción con la posibilidad de tostarlo y de aderezarlo con mantequilla de maní (más o menos lo que tiene adentro el Bon-o-bon) y mermeladas... Que atoradas me habré pegado para hacer valer los 13 morlacos jojo!
El casco histórico es de lo más pintoresco, muy parecido a lo que imagino que debe ser la Habana en Cuba, aunque nunca estuve, pero que la propaganda yanqui me ha hecho creer durante todos estos años. Hay mucho edificio viejo, mucho malecón, mucha iglesia, mucho turista, mucho barcito... Pero lo más lindo es el mercado callejero que está entre el centro y la zona en donde empieza el camino a la parte de los rascacielos. Las frutas y las verduras son super coloridas y sabrosas [y re-baratas] y cualquier bien, desde ojotas, ropa, machetes a tecnología de punta, se ofrece a precios ridículos. Debe de ser una de las zonas francas más grandes del mundo.
La parte de los rascacielos no es nada del otro mundo pero hay que admitir que es impactante. Para aprovechar el esfuerzo humano de construir semejante infraestructura y monumentos, procedimos a infiltramos al "Hilton" (cadena de hoteles en la cual nunca podré alojarme, dado lo exorbitante de sus precios y la vulgaridad de su lujo) para ver si lográbamos algunas instantáneas panorámicas desde su cima. Pretendiendo saber lo que hacíamos, pasamos por la recepción sin preguntar nada, así crotazos nomás, y encaramos hacia los ascensores. A fuerza de tocar botones, fuimos a dar a la suite presidencial que estaba en remodelación. Cuando se abrió la puerta 5 albañiles nos miraron frunciendo el ceño y quedaron en silencio... Sophien salvó la situación:
- Disculpen! Estamos perdiden! Esten hotel es mucho granden!... Saben como ir a la terrazen?
Su voz extranjera fue suficiente para que los muchachos largaran una relajada carcajada y nos guiaran hasta el siguiente ascensor que nos llevaría a la terraza, con bar y piscina. Una vez allí, actuando como jefes, procedimos a sacar fotos desde el mirador artificial y a saciar nuestra sed con agua mineral exclusiva para huéspedes.
Desde su inauguración en 1914 ha conseguido acortar en tiempo y distancia la comunicación marítima, dinamizando el intercambio comercial y económico al proponer una vía rápida y relativamente económica entre los 2 océanos.
Me pareció curioso (pero bastante obvio) que muchos barcos se hayan fabricado de acuerdo a las dimensiones del canal.
Lo notable del canal es, basicamente, su funcionamiento: como no era posible construir un paso a nivel del mar (tal vez era posible pero no económicamente viable) se pensó en fabricar un lago (no muy difícil por la tremenda cantidad de aguas pluviales anuales) y mediante diques y exclusas ir subiendo el objeto en cuestión que se proponía a atravezar el estrecho térreo hasta alcanzar el nuevo lago y, proceder a bajarlo a nivel del otro océano una vez alcanzada la opuesta orilla. Se enorgullecen en predicar que todo funciona usando como combustible único, la fuerza de gravedad... O sea que el agua del lago baja a los piletones, los llena y cuando el flotíbulo deja la exclusa propiamente dicha, el vital líquido sigue su cuso cuesta abajo en firme encuentro con el océano. Son MUCHOS litros de agua dulce que se pierden en el mar... Pero esto no parece ser un gran problema (?)...
Es obvio que el canal deja regalías más que sabrosas y mucho más obvia es la repartición del botín... No hay repartición.
Actualmente se está construyendo una ampliación, un tercer canal por el que van a pasar naves aún más grandes y de mayor capacidad de carga. Parece ser que hay quilombo con Nicaragua, ya que esta pretende también construir un paso interoceánico dando la licitación a concesionarios chinos y arruinando sus ecosistemas y paisajes naturales...
Como nuestro objetivo se encontraba hacia el noroeste del punto geográfico en que nos encontrábamos, tuvimos que sacrificar la zona del Darien y especialmente las islas de San Blas, hogar de los aborígenes "Kuna" y sede de unas de las playas más lindas del planeta... Ergo, las ruedas de nuestro rodado giraron en dirección poniente y nos depositaron en David.
David es la segunda ciudad panameña y no es más que un pueblo grande. Un hostel color violeta, en donde todo, pero todo era de color violeta lila morado nos recibió con los brazos abiertos. Esta tranquilísima ciudad/pueblo está posicionada cerca de varias maravillas naturales a las cuales se accede montando corceles mecánicos como el indicado en la foto a continuación:
El primer día nomás, influídos por pícaros viajeros hospedados en el mismo refugio violáceo, marchamos hacia un río caracterizado por encontrarse oprimido entre paredes de roca natural que le daban un aire de gran cañón. Esta especie de raja sobre el terreno es un punto muy turístico para los locales, pues sus aguas son cálidas y sus mujeres bellas y bikinidas.
El primer día nomás, influídos por pícaros viajeros hospedados en el mismo refugio violáceo, marchamos hacia un río caracterizado por encontrarse oprimido entre paredes de roca natural que le daban un aire de gran cañón. Lo exitante de la cuestión era la posibilidad de arrojarse al vacío desde sus elevadas paredes y acuatizar en un estruendoso golpe. Eh aquí el garrafal error.
En la secuencia siguiente se observa el salto ornamental del especímen macho de la pareja:
1- El macho observa valientemente el punto de acuatizaje.
2- Impúlsase hacia el vacío decididamente causando la admiración en la platea femenina.
3- Ya en el aire, intenta una suerte de despliegue alado aprovechando las pocas ocaciones de ventilar disimuladamente sus vapuleadas axilas.
4- En un momento de desconcentración, el cuerpo adquiere una pseudoforma de bicho canasto, perdiendo varios puntos en el ranking de apuestosidad.
5- Ya sin importar la elegancia, performa su ingreso al transparente líquido en forma estruendosa y desordenada, dándo el golpe de gracia para siempre ante la platea del sexo opuesto.
En el caso a describir a continuación, se verá un terrible accidente y pedimos precaución y discreción a la hora de observar el morboso espetáculo. Recomendamo encarecidamente a niños y abuelos de estar acompañados de una persona más o menos responsable:
1- La hembra se dispone a sambuyirse en un afán se hacer también lo que hace el niño.
2- Toma envión estilizadamente.
3- Despega sus pies decididamente del sólido apoyo.
4- Desciende en caída libre, ya sin tanta elegancia.
5- Inicia su frenaje transponiendo una parte de su cuerpo en la composición de H2O. Si se observa cautelosamente, se aprecia en el rostro una expresión de pavor.
6- En esta instantánea se captura el momento del feroz accidente; el estallido subacuático del tímpano derecho de la jovencita que se ve afectado por la diferencia de presión, estalla produciendo una onda expansiva similar a la de un flatus bajo el agua, causándole un desmesurado dolor; efecto ante el cual, el atento servidor se sumerge en las peligrosas aguas con intensiones de rescate.
7- Finalmente, gracias a la valiente y veloz reacción del muchacho, el evento no pasa a mayores.
El costo de semejante acrobacia fue de solo una visita hospitalaria de emergencia y la contratación de los servicios de un otorrinolaringólogo, el cual ordenó un par de inyeccioones en el trasero y la prohibición absoluta de posicionarse a más de 1000 metros por sobre el nivel del mar. (La última premisa sería pocas veces respetada).
Bien, dando rienda suelta a la glotonería paisajística, movilizámonos decididamente hacia el sector caribeño del istmo y atracamos en el famoso archipiélago conocido como Bocas del Toro.
Desafortunadamente solamente pudimos visitar 2 de sus islas, pero este es uno de los pocos lugares en los que me hubiera gustado realmente reposar mis cachas por un par de meses.
Un bote muy veloz y saltarín nos transportó a la primera isla, en donde se encuentra la capital, se llama Isla Colón y está practicamente poblado por turistas en permanente estado etílico y una gran proporción también en estado de empepamiento. El alcohol y las drogas están a la orden del día, como así también la oferta de juergas semi y muy turbias. Pero ánimo compadre, también la isla ofrece paisajes, playas, montañas y vegetación exhuberantes, todo al alcance de la mano (o de una corrida en bicicleta).
Me tocó ver, tristemente, en el hostel en donde nos hospedábamos, una de las cosas más duras que le pueden pasar a un jóven o adolescente. Resulta que la mayoría de los hospedajes ofrecían panqueques gratis e ilimitados para el desayuno, por lo que el entusiasmo y la ansiedad estomacal crecían acorde la noche llegaba a su final, primorosos del encuentro con el codiciado manjar. La angustia se presentó cuando, arribando a la cocina y sala de desayuno, los huéspedes se encontraban con un fastuoso paquete de 10 kilos de mezcla lista para preparar panqueques. La letra chica del contrato establecía que el interesado debía performar la acción de tomar algunas cucharadas del dulce polvo, mezclarlo con agua, batir enérgicamente y derramar el compuesto en pequeñas dosis sobre una sartén caliente para transformar químicamente el mejunje en solidas hojuelas dulces. Llamome poderosamente la atención, la incapacidad de la mayoría de llevar a cabo semejante procedimiento, a pesar de la clarísima explicación impresa en el envase del nonato panquecon. Y así el entusiasmo inicial de los jóvenes que llegaban consecuentemente al salón desayunador se transformaba en desesperación y luego en resignación hambrienta.
Intenté explicar a los más entrados en pánico el simple proceso, ya que su desesperación crecía al observar la cantidad exagerada de panqueques en mi posesión, pero el esfuerzo fue infructuoso en la mayoría de los casos y muchos optaron por saciar su voracidad en los barcitos callejeros. Triste realidad de jóvenes inútiles.
Un par de días en la fiestera isla en la ciudad de Bocas del Toro fueron más que suficientes para mi tolerancia y acordamos visitar la famosa isla llamada Bastimentos (bastimentos es la palabra antigua usada para provisiones) nombrada así porque Cristóbal Colón se detuvo en esta isla a reabastecer sus naves en uno de sus viajes.
Esta pedazo de tierra que despunta sobre el mar es totalmente otra cosa. Para empezar, la escasa población que la habita es Creole, descendientes africanos que hablan un dialecto del Creole Jamaiquino. Suena como una mezcla de español e inglés y no se entiende un carajo. En esta isla no hay carreteras ni vehículos (sólo unos carritos de golf al servicio de un par de hoteles de categoría inalcanzable para un mochilero) y cualquier punto de la isla se alcanza a pie, o si no es posible por tierra, en water taxi.
Tuvimos la (buena) suerte de que durante los 3 días que allí estuvimos el cable eléctrico sub acuático que une ambas islas se rompió y todo quedó oscuras... Totalmente a oscuras... Tan a oscuras que para cocinar, salir a caminar a la noche o realizar cualquier actividad había que usar velas o linternas... El efecto de tal desgracia fue magnífico: la Vía Láctea atravezaba la bóveda celeste en un modo poético jamás visto a la luz de las farolas urbanas y las constelaciones parecían incrustadas sobre el negro fondo. Los sonidos se volvieron más nítidos y las voces más bajas... Cada intento de comunicación era verdaderamente cuidado para no intervenir en el natural concierto insectívoro, avícola y simiesco. Los humanos que en ese momento nos vimos unidos por el destino en el mismo lugar, nos deleitamos en comunidad de la majestuosa creación.
Debo admitir que (A MI) las playas me parecen uno de los ecositemas humanos más aburridos de la creación, pero jamás en mi cochina vida he visto playas más bellas que las que pisé en ese territorio insular. No solo eran bellas de ver, sino también de aguas tibias, olas juguetonas, vegetación frugal y europeas mironas. Es gustoso pasar tiempo haciendo usufructo de las ventajas del lugar como así también invertir tiempo en la observación de los fenómenos naturales que a cada momento ocurren. Para ir de un lado a otro de la isla se requiere, en general, una caminata de unos 30 minutos por senderos (a veces bastante barrosos) que atraviesan porciones de jungla y selva tropical. La recompensa es una premonición del paraíso...
El pueblito de Bastimentos, una sola calle (ni siquiera tiene el ancho legal de lo que podría considerarse calle) que no debe llegar a los 2 kilómetros de longitud, y casitas agolpadas a su lado, con cancha de fútbol, 2 supermercados chinos (todos los supermercados en centro américa son chinos) y sus amabilísimos habitantes conforman la receta justa ante cualquier requerimento de belleza y armonía. Y aunque cuando un niño, muy amigablemente, inicie un monólogo en creole con vos y lo único que puedas decir es "yes, si... Yes, si" porque no entendiste un carajo, el idioma de la sonrisa y de la amabilidad te va a llevar a un mundo nuevo: el universo de los pueblos caribeños.
No os perdais el próximo episodio en Costa Rica, en donde te entregan un buen tarro de vaselina en la frontera (y una palmadita en el hombro) para prevenirte del emperne despiadado que te propinará su regetonero pueblo de la mano de sus altos precios para gringous retirados que vacacionan en hoteles de 5 estrellas y no asoman la nariz afuera convencidos de que si lo hacen morirán horrible e irremediablemente lejos de sus seres queridos y adolesciendo de todo tipo de afecto.
Salud.