Lo que aprendí del frío

Bien, feliz navidad a todos... No voy a escribir sobre la navidad porque ya lo hice el año pasado, y no voy a andar repitiendo las cosas. 

Solo voy a remitirme a decir que aunque nos hayan inculcado que el gordo Santa Claus, San Nicolas o mas conocido como Papá Noel venga vestido con pieles y no con una bikini, no quiere decir que la estación justa para celebrar la navidad sea el invierno. Pues, como bien sabemos, los nacidos y criados en el hemisferio austral, en Diciembre y Enero hace calor, y donde el mundo funciona al revés es en el hemisferio boreal. 

Discusión aparte, el rechocho me trajo muchos regalos, especialmente insumos que ingiriéndose podrían transformarse en energía química o, si permanezco sedentario, acumularse de modo vitalicio en forma de grasa al costado del abdomen, entre el culo y las costillas.

Según experiencia propia, con las temperaturas que hacen por estos lares, no se puede sacar un piano a la galería, darse un chapuzón a eso de las 4:00 am, salir a ver los fuegos artificiales con una copa de sidra en la mano por 30 minutos o emborracharte y quedarte dormido en una reposera hasta que tu tía te despierte al otro día para que te vayas a seguir durmiendo a tu casa. Acá, cualquier atrevimiento del género se paga con la amputación de las falanges congeladas; así que, testada por el método científico, indico y declaro que la navidad se celebra en verano. Y no hablo más del tema.

[EDITADO gracias quicardo por el consejo]

El tema que nos reúne es el frío... En diciembre, si, raro pero es así. Por esas cosas de la astronomía, como el eje de rotación de la Tierra esta inclinado unos 23,5 grados, lo que produce que en el trascurso de un año, los que están arriba de la linea del ecuador (arriba es solo convencional) se alejen del sol proporcionalmente a cuanto los de abajo se acercan y viceversa, aconteciendo las estaciones. La cuestión es establecer de que lado de la imaginaria linea las estaciones acontecen cuando deberían acontecer. Por ejemplo, yo nací en verano, y a mis cumpleaños mis amiguitos casi no iban porque estaban de vacaciones siempre... VERANO! Es ridículo pensar que acá hacen -5°C para la fecha...

Bien, establecida la introducción, podemos continuar afirmando que mi lucha contra la naturaleza se da porque diariamente recorro mis kilometros en bici para llegar a la sede de mi trabajo. Con una temperatura que ronda los -5°C en el momento de ponerse a pedalear, mis cuestionamientos que dieron lugar a esta controversia filosófica fueron los siguientes:

1- Por qué uso jeans, los mismos que uso cuando hacen 40°C, para salir en pleno invierno?
Supongo que por boludo nomas. Tal vez, por ser un animal de climas sub-tropicales, no se haya registrado en mi instinto el adquirir algun otro tipo de pantalon que no sean joggins, jeans, bombachas y bermudas. Supongo que porque el jean parece más armadito (solo porque a los hombres nos hace picar y a veces apretar un poco las pelopidas) uno cree que lo va a proteger un poco más. Error. Es incluso poco aconsejable para vestirse a la mañana temprano porque está frío y da fiaca. Primera lección: subestima a todos tus pantalones.

2- Por qué las orejas duelen y se ponen rojas como después de tincazo con saliva?
Duelen porque no me las cubro. Después de hacer semejante descubrimiento entendí que las capuchas no son un adorno que está al pedo en las prendas. Debo decir que me volví adicto al uso de las caperucitas. Segunda lección: el movilizarse en bicicleta hace que uno llegue despeinado a destino (por el aire vio?) y mas si los cabellos escasean. La capucha evita el congelamiento de los órganos auditivos y previene el peinado con forma de gota hacia atrás por resistencia al viento.

3- Por qué hecho aliento a cada rato para ver la forma que hace el humito sin objetivo alguno?
Solamente para ver la cantidad de agua que pierdo cada vez que exhalo. Siempre me imagino como se deshidratan todos esos que hablan huevadas todo el tiempo. Tercera lección: bueno, de eso no he aprendido nada, solo que hice varios experimentos: del sudor también sale humito, no así de los eructos y flatulencias... No entiendo porque.

4- Por qué uno se resbala y se golpea las canillas (de las piernas) contra los pedales solamente cuando hace frío?
Esto aun no lo se. Supongo que es por mala suerte nomas. De todos modos, si el golpe fuese en verano, seguramente dolería menos. Cuarta lección: cuando nieva, para que estas cosas no sucedan lo ideal seria usar el calzado con "trabas" especial para la bicicleta, solo que no son muy concordantes con el ambiente de trabajo. Si hubiera hecho caso omiso de las reglas de etiqueta en un estudio de ingeniería, habría seguramente evitado dos golpes testiculares y una canilla sangrante por "escape de pie del pedal". 

5- Por qué fuimos diseñados para sudar por los sobacos cuando es la parte del cuerpo menos ventilada, o más bien, la mejor protegida por la vestimenta?
Cada vez que hacemos ejercicio, chivamos. Ahora, porque siempre abundantemente por las axilas? La consecuencia de esta maligna defensa es pasar todo el día con las aureolas empapadas en el trabajo. Haga o no haga frío, el cuerpo segrega sudorrrrrrrr. Quinta lección: para disminuir el impacto, cada 100 metros, es menester soltarse del manubrio, bajar un poco el cierre de la campera y abrir los brazos al estilo "Kate Winslet" en Titanic para que las corrientes de aire helado circulen bajo los brazos y refresquen la zona. El problema viene cuando la policía te frena y te quiere multar por "conducción inapropiada de bicicleta", por eso hay que estar muy atento. Es preferible llegar chivado que pagar una salada multa.

6- Por qué, a pesar de que haga lo que haga, lo primero que se congela y lo ultimo en perder el color violeta es siempre el culo?
No se me ha ocurrido otra explicación que la siguiente: culpa de la aerodinámica de la bicicleta, el aire se desplaza rozando el cuerpo y abriendo una especie de vacío (ley de física en donde dos cuerpos no pueden ocupar el mismo espacio al mismo tiempo) para cerrarse súbitamente, chocando así, con la máxima furia, la parte del cuerpo que viene mas atrás de todas: el ojete. De esta forma, aunque frunza, endurezca, me sobe y/o abrigue el trasero, culpa de Newton, siempre se me va a congelar. Sexta y ultima lección por hoy: no hay forma de evitar este mal. Lo único que se puede hacer para atenuar los efectos es llegar lo más rápido posible a destino y ahí, apretar los cachetes contra una estufa, termosifones o losa radiante o meterse pronto bajo la ducha y así esperar que mi preciado pase del violeta al rojo furioso y finalmente torne a su anaranjado pálido natural.

Si alguien tiene un aporte para hacer frente las citados cuestiones, invito cordialmente a iluminar(nos) en los comentarios. Se agradece.

Me despido entonces con la noticia de que tengo ya fecha de llegada a la Argentina, mejor dicho a Córdoba (27 de Enero) y que voy a festejar mi cumpleaños en mi casa en Villa Dolores para compartir una buena fiesta, asado y guitarreada (y de paso algunos regalitos) con cualquiera que se quiera sumar.

Un abrazo.