Este país va a ser largo y probablemente pesado (para usted mi querido lector) de describir. La razón es simple: Bolivia es un país complejo pero espectacular!
Todas las advertencias e historias que le conté a Sophia antes de llegar resultaron ser una bazofia.
La última vez que pisé suelo boliviano fue en Enero de 2006, el año en que asumía Evo Morales como presidente; el primer presidente nativo, descendiente aborígen, del país. La Bolivia que recordaba (y que fue la que me dió un martillazo en la cabeza y me hizo pensar por primera vez en una latinoamérica distinta) era un país pobre, de ciudades polvorientas y de basura acumulada en las calles, de gente callada que no alzaba los ojos al hablar con extranjeros, de vendedores que rogaban para que alguien les compre algo a precios miserables, de mucha belleza cultural, paisajistica y humana, pero terriblemente pobre. Tremenda fue mi sorpresa, como balón que golpea la ingle, al (re)descubrir una nación totalmente distinta a la que mi memoria guardaba. Empezando por su nuevo nombre "ESTADO PLURINACIONAL DE BOLIVIA", que reconoce a las 'minorías' (que no son minorías) y sus identidades, como partes de un solo estado; las rutas pavimentadas de excelente calidad, todas señalizadas y balizadas, con controles regulares por parte de la policía militar; la infraestructura turística (increíbles hostales, limpios, renovados y de gran servicio), los bondis, iguales que los argentos de larga distancia y terminando por la gente: las mujeres (que parecen ser las casi únicas que laburan) miran y hablan con la frente en alto, con orgullo y dignidad; los jóvenes en las grandes ciudades hablando de "mi Bolivia" y de su preocupación por el futuro de su tierra y de su gente, los nativos haciendo por fin las paces (y perdonando mucha historia de maltratos y abusos) con los blancos, etc...
Tengo que decir que Bolivia, en solo casi 10 años, ha dado un vuelco y se perfila como uno de los países más avanzados en materia social de los países latinoamericanos que conozco. Y acá ríase el ignorante y critique el facho: los nativos bolivianos hablan al menos 2 idiomas (idioma nativo como quechua, aimará, guaraní, dependiendo de la zona, y español), la tierra en Bolivia le pertenece a quien la trabaja; no existen los latifundios desde la revolución/reforma agraria; y todos, absolutamente todos tienen el derecho de ser educados y es obligación que sea en lengua madre. Las ciudades están llenas de carteles que rezan: "TODOS somos iguales ante la ley". Todavía se ve que es un país pobre, pero es una nación que (cuestión ignorada por muchos) camina. Se ve que el compañero Evo viene haciendo las cosas bastante bien.
Leete esto en este link haciendo click ACA!!! (Bolivia, el milagro mundial)
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Bueno, basta de cháchara. Luego de llegar a La Quiaca inicié el proceso de preparar psicológicamente a mis compañeras de viaje (Sophia la alemana, Felicia la francesa y Juli la canadiense) para el cruce a la ciudad de Villazón. Haciendo alarde de mi veteranez en ese cruce fronterizo les expliqué que se iban a encontrar con un país pobre en donde las ciudades de borde eran famosas por su poca esteticidad e inseguridad, en donde el raterismo y las estafas están a la orden del día. Atravezamos el puente internacional con la intención de averiguar horarios de trenes y bondis, sin sellar los pasaportes porque, de ser necesario y debido a la hora (5 de la tarde más o menos) volveríamos a La Quiaca a pernoctar en alguna pocilga. El primer cachetazo que recibí fue de pare de los coloridos edificios y de los grandiosos mercados en la calle principal. Lejos, mucho más lindo, seguro y definitivamente más atractivo que la ciudad vecina argentina. No costó mucho decidir que ni en pedo volvíamos, así que dando una media vuelta pasamos por la aduana, y sellos de por medio, entramos triunfalmente en esta nueva nación!
Las minas me miraban exigiendo explicaciones sobre la cantidad de huevadas que había pronunciado un par de minutos atrás. Y yo no sabía que carajo responder. Este era un lugar totalmente nuevo para mi y había mucha comida en la calle! MUCHA!
Bitácora del capitán: fecha estelar: 3 de Febrero de 2015.
Cruce del puente internacional La Quiaca-Villazón
Después de caminar por Villazón con la alegría de un niño que sube por primera vez a un autito chocador, tomamos un taxi colectivo hasta la ciudad de Tupiza, la cual también recordaba como un páramo sin ninguna cosa interesante para ofrecer. Otra vez me cerraron el usumique. Desde el hostel, con camas de una plaza y media, de sábanas perfumadas y baños con papel higiénico (cosa poco común en los hostales argentos), hasta su plaza principal con sus edificios históricos espectacularmente iluminados. La ciudad ofrece unos paisajes soberbios de cerros y quebradas desérticas que bien valen una estadía de 3 o 4 días. Lo mejor de todo: los mercados! Ahí se puede desayunar, almorzar, merendar y/o cenar. Ese glorioso mercado fue el lugar en donde probamos por primera vez el api (bebida caliente y densa a base de maiz) y los buñuelos y tortas de queso fritas en grasa de chianchio. Nosotros, lamentablemente, en nuestro afán de llegar a Uyuni, le dimos una rápida ojeada y nos rajamos en el primer bondi que encontramos al día siguiente.
El viajero que se decide por la travesía hacia el Salar de Uyuni directamente desde Tupiza verdaderamente no es capaz de imaginar el calvario que se le avecina. Es esta una de las pocas rutas muy transitadas que quedan todavía por pavimentar. Los bondis que transitan la susodicha ruta son más parecidos a limousinas 4x4 del año del ojete. Uno sube y se sienta con la esperanza de un viaje placentero, pero la primer falla que descubre es que las palancas de reclinación de los asientos no funcionan y que en el mejor de los casos el asiento se reclina unos 5º. La segunda sorpresa es que las ventanillas no poseen burletes de goma y los vidrios no se quedan quietos y van taladrando la mente de todos los pasajeros al son de los serruchitos y pozos. La tercera sorpresa (aunque no es realmente sorprendente) es el grado de pelotudez de varios de los estranjeros que compartían el vehículo; se deleitaban disparando comentarios imbéciles sobre la gente y sus costumbres en inglés como si fueran los únicos simios que lo entienden. Me sigo preguntando para que mierda viaja así esta gente? La quinta cosa (ahhh ni te diste cuenta de que me saltié la cuarta!) que más que sorpresa diversión, era el nudo, trama y descenlace de la cara de los choferes al llegar a un vado (plena temporada de lluvias), frenar el bondi, mirarse, reirse y antes de pisar el acelerador a fondo decir "y bueh, que sea lo que Dios quiera". Por suerte, los carromatos se comportan como anfibios y no se sabe si pasan flotando o la mano negra de Adam Smith los guía a salvo hasta la otra orilla.
Ya entonces, promediando las 8 horas de martirio, el intrépido que hizo esta ruta evitando ir a Potosí primero para luego volverse hasta Uyuni, arriba a la ciudad y es recibido y acosado por decenas de alegres vendedores de tours al salar... Pero ya escribí bastante y tampoco estoy viajando para pasarme más de 2 horas sentado al frente de una computadora.
Hasta la próxima (vez que encuentre una pc)!!!
1 cosas que dice la gente:
QUERIDO!!!! La última entrada una genialidad más!!!! Entretenida, formativa, original y sincera. Gracias por seguir haciéndonos viajar con vos. ABRAZO GRANDE para Usted y Sophia. Juan José Soria.-
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Escribi con respeto y sin armar forobardo. Todo lo demas esta permitido. Gracias por comentar y deja tu firma!