Warning


Atención! Achtung! Attenzione! Warning! Este blog es apto para todo público aunque contiene insultos e improperios varios y en cantidad alarmante. Cabe señalar la existencia de errores ortográficos graves y vergonzosos, y un cierto dejo de maldad en la mayoría de los posts, por todo lo cual no me excuso... Atención! Achtung! Attenzione! Warning!

Sunday, February 14, 2010

Necropolis...

Buenas... iba a empezar con un titulo mas o menos así: "mal día para morir" o algún que otro chiste fácil, pero por suerte me di cuenta de que como broma es malisima, y lo cambie.
La cosa es que he estado viendo muchas películas de zombies (no, no tengo muchísimo tiempo al pedo como les habrá guiado el pensamiento ya) y la verdad es que me he preocupado un poco con 2 cementerios cerca de casa. Hay uno como a 500 metros, que es el más grande, pero por suerte tiene las paredes altas, y otro, prácticamente al frente de la entrada del edificio, o sea a unos 50 metros de casa. Ese es jodido, porque si bien es mas chico que el otro; es un cementerio militar, y ahí se encuentran los caídos en las 2 guerras mundiales. No se si alguno habrá visto la película "Dead Snow", pero ahí aparecen zombies nazis que se quieren comer a la gente; y bueno, como me quedé impresionado, me decidí a ir a dar una vuelta, para cerciorarme de que no haya ningún bicho raro y de paso para conocerlo, porque desde hace 6 meses que vivimos acá y nunca tuve la oportunidad de visitarlo.
Me armé de una tabla con un clavo en la punta, un tenedor, un desodorante a bolilla, un encendedor y una lata de arvejas (sin arvejas), agarré la cámara de fotos, y partí a la aventura.
Habìa nevado la noche anterior, así que todo parecía mucho más tétrico...
Cuando entré, empujé la puerta de metal e hizo "criiiiiiiiiinch!"... (yo no se porque carajo todo en un cementerio tiene que dar miedo...), me dirigí hacia el pasillo central y los pasos sobre la nieve sonaban: crch, crch, crch, crch, crch... y bueno... como era de día no y pasaba nada, temor de lado, saque estas lindas fotos...








Por suerte, después de dar todas esas vueltas por ahí, no se despertò ningùn zombie, asi que volvi a casa, pero estoy preparándome, por las dudas, para algùn posible "outbreak"...
Les dejo el video para que se vayan preparando también... nunca se sabe.



Un abrazo.

Sunday, February 7, 2010

Tracciòn a sangre

Hola, hola, que tal?
Hoy quisiera compartir una de las cosas màs lindas que hay en la ciudad/regiòn en donde los vientos de la aventura y el amor me trajeron a habitar. Quiero hacer una introducciòn como se debe, porque siempre me dedico a escribir "stronzate" (boludeces) y pocas veces hago una verdadera reflexiòn sobre las cosas concretas que pasan acà (serà esta vez algo mucho màs tangible que los truenos que despide de cuando en cuando mi "datrice di lavoro).
Una de las bondades de estos pagos, es el cuidado y la preocupación que existe por que los ciudadanos (comunitarios y/o extracomunitarios) aprovechen y vivan el lugar en donde están; y por ende tomen ventaja de las bondades de, en este caso, vivir en los alpes.
Hoy, con Luca, el mismo amigo arquitecto de la ciudad de Padova (y aprovechando de que Samanthina duerme largo y tendido los Domingos) agarramos las moutainbaic y rajamos a dar una vuelta.
Bolzano es una ciudad que se caracteriza por la cantidad de ciclovias que circundan, atraviesan y exploran la ciudad y no son, propiamente, senderos de asfalto que corren por las banquinas.

Para compartir un poco esta hermosa experiencia, les dejo el mapa de Bolzano y más o menos (aclaro el más o menos porque no están establecidas no registradas las ciclovias) con el recorrido que hicimos.


Ver mapa más grande


Una jornada espectacular, de sol radiante, aunque con bastante nieve a los lados porque hace algunos dias se re-largò la nevada.
Las fotos que vienen a continuaciòn son en sentido F-A, porque era en bajada y podìa sacar las fotos... Las letras no significan un carajo, pero las tuve que insertar para que el condenado google maps me marcara el camino que querìa; por lo tanto, solo tomar en cuenta la A (residencia Assis - Petti) y la F (lugar hasta donde el muslo izquierdo del compañero hizo un tiro y hubo que pegar la vuelta). En todo el recorrido, se suben unos 700 metros. En fin, nada demasiado exigente ni largo, pero si, muy pero muy pintoresco.

Sin màs palabrerìo, y advirtiendo que tal vez sea un chorizo de fotos sin demasiada diversiòn, les dejo las imàgenes con algùn comentario de lo que pasaba.


Posando en actitud de guerrero del pedal. La calza, para el desconocedor de los secretos y la jerga ciclista, no tiene nada que ver que la preferencia y/u orientaciòn sexual del que las luce, sino con la aerodinàmica y las temperaturas actuales en el hemisferio boreal.

El compañero: Luca. Posa tratando de disimular el agujeo en los cuàdriceps. :D

A unos 700 mts de altura de Bolzano, se ve la parte mas rùstica de la ciclovìa.

A la izquierda las plantaciones de manzanas (las manzanas del Trentino-Alto Adige estàn consideradas de las mejores y màs sabrosas del mundo) en donde en verano, se pueden robar y comer bajo el riesgo de una salada multa y hasta prisiòn. Yo tomo el riesgo... de vez en cuando. A la izquierda Appiano, al fondo, los Alpes.

Notese como la cubana toma vuelo con la velocidad, temeraria y sobrehumana, de la bicicleta.

Aca se me hizo el vivo y me pasò... A la derecha màs fincas vitivinìcolas y haciendas productoras del dulce brebaje.

Para que me crean que pedaleè y no que bajè las fotos de internet, el cartel con las direcciones.

La ciclovìa a veces corre al lado de la ruta estatal, pero està siempre protegida y sobre elevada.

Empezando a bajar por la montaña...

Un poco de nieve por aquì, un poco de hielo por allà...

Por si fuera poco, un túnel especial y exclusivamente para las bicis...

Queriendome rebasar... 

Yo, desencajado por la provocaciòn, a fustazos limpios, acelerando la màquina...

Vista de la ciudad de Bolzano... Todavia estamos alto.

El recorrido pasa por varios puentes y castillos medievales...

Algunas agrupaciones de casas en las afueras de la urbe. 

Postales...

Otro túnel... Yo no se porque siempre salgo con cara de bolu...

Un puente colgante sobre el río Adige...

Muy picante la màquina... Se porta muy bien la bicicleta que me regalò Samanthina.


Entrando a la ciudad, empiezan las autopistas...

Arte muraria en la zona industrial...

La ciclovìa nos lleva al predio donde se realizan todo tipo de ferias nacionales e internacionales...

Estos, que tambien los tenemos en Argentina...

Saliendo de la zona industrial y llegando a casita...

Finalmente, el callejòn de entrada de la residencia Assis - Petti. El edificio queda al fondo a la izquierda... Si, como las indicaciones para ir a hechar un cag... digo para ir a los servicios... Vivimos justo pegados a la montaña... Suerte que por acà no hay avalanchas... :D

Resumiendo; desde el punto màs lejano hasta la casa Assis - Petti. Juro, pero juro que en verano es espectacular; asi, si a alguno se le ocurre venir a visitarnos por agosto màs o menos, sepa que tenemos cama, bicis y talco para pies a disposiciòn y en abundancia. 
Salud y que hayan disfrutado.

Un abrazo!

Thursday, February 4, 2010

Haiti, la maldicion blanca...


Queridos amigos; como nunca está de más leer a Galeano (escritor uruguayo para quien no lo conozca), les dejo esta pequeña refexiòn - reseña, muy interesante y sin desperdicio.
Que la disfruten...


Haití fue el primer país donde se abolió la esclavitud. Sin embargo, las enciclopedias más difundidas y casi todos los textos de educación atribuyen a Inglaterra ese histórico honor. Es verdad que un buen día cambió de opinión el imperio que había sido campeón mundial del tráfico negrero; pero la abolición británica ocurrió en 1807, tres años después de la revolución haitiana, y resultó tan poco convincente que en 1832 Inglaterra tuvo que volver a prohibir la esclavitud. Nada tiene de nuevo el ninguneo de Haití. 

Desde hace dos siglos sufre desprecio y castigo. Thomas Jefferson, prócer de la libertad y propietario de esclavos, advertía que de Haití provenía el mal ejemplo, y decía que había que “confinar la peste en esa isla”. Su país lo escuchó. Los Estados Unidos demoraron sesenta años en otorgar reconocimiento diplomático a la más libre de las naciones. Mientras tanto, en Brasil, se llamaba haitianismo al desorden y a la violencia. Los dueños de los brazos negros se salvaron del haitianismo hasta 1888. Ese año, el Brasil abolió la esclavitud. Fue el último país en el mundo. Desde la revolución para acá, Haití sólo ha sido capaz de ofrecer tragedias. Era una colonia próspera y feliz y ahora es la nación más pobre del hemisferio occidental. Las revoluciones, concluyeron algunos especialistas, conducen al abismo. Y algunos dijeron, y otros sugirieron, que la tendencia haitiana al fratricidio proviene de la salvaje herencia que viene del Africa. El mandato de los ancestros. La maldición negra, que empuja al crimen y al caos. De la maldición blanca, no se habló. La Revolución Francesa había eliminado la esclavitud, pero Napoleón la había resucitado: 

–¿Cuál ha sido el régimen más próspero para las colonias? 

–El anterior. 

–Pues, que se restablezca. 

Y, para reimplantar la esclavitud en Haití, envió más de cincuenta naves llenas de soldados. Los negros alzados vencieron a Francia y conquistaron la independencia nacional y la liberación de los esclavos. En 1804, heredaron una tierra arrasada por las devastadoras plantaciones de caña de azúcar y un país quemado por la guerra feroz. Y heredaron “la deuda francesa”. Francia cobró cara la humillación infligida a Napoleón Bonaparte. A poco de nacer, Haití tuvo que comprometerse a pagar una indemnización gigantesca, por el daño que había hecho liberándose. Esa expiación del pecado de la libertad le costó 150 millones de francos oro. El nuevo país nació estrangulado por esa soga atada al pescuezo: una fortuna que actualmente equivaldría a 21.700 millones de dólares o a 44 presupuestos totales del Haití de nuestros días. Mucho más de un siglo llevó el pago de la deuda, que los intereses de usura iban multiplicando. En 1938 se cumplió, por fin, la redención final. 
Para entonces, ya Haití pertenecía a los bancos de los Estados Unidos. A cambio de ese dineral, Francia reconoció oficialmente a la nueva nación. Ningún otro país la reconoció. Haití había nacido condenada a la soledad. Tampoco Simón Bolívar la reconoció, aunque le debía todo. Barcos, armas y soldados le había dado Haití en 1816, cuando Bolívar llegó a la isla, derrotado, y pidió amparo y ayuda. Todo le dio Haití, con la sola condición de que liberara a los esclavos, una idea que hasta entonces no se le había ocurrido. Después, el prócer triunfó en su guerra de independencia y expresó su gratitud enviando a Port-au-Prince una espada de regalo. De reconocimiento, ni hablar. En 1915, los marines desembarcaron en Haití. Se quedaron diecinueve años. Lo primero que hicieron fue ocupar la aduana y la oficina de recaudación de impuestos. El ejército de ocupación retuvo el salario del presidente haitiano hasta que se resignó a firmar la liquidación del Banco de la Nación, que se convirtió en sucursal del Citibank de Nueva York. El presidente y todos los demás negros tenían la entrada prohibida en los hoteles, restoranes y clubes exclusivos del poder extranjero. Los ocupantes no se atrevieron a restablecer la esclavitud, pero impusieron el trabajo forzado para las obras públicas. Y mataron mucho. No fue fácil apagar los fuegos de la resistencia. El jefe guerrillero Charlemagne Péralte, clavado en cruz contra una puerta, fue exhibido, para escarmiento, en la plaza pública. La misión civilizadora concluyó en 1934. Los ocupantes se retiraron dejando en su lugar una Guardia Nacional, fabricada por ellos, para exterminar cualquier posible asomo de democracia. Lo mismo hicieron en Nicaragua y en la República Dominicana. Algún tiempo después, Duvalier fue el equivalente haitiano de Somoza y de Trujillo. Y así, de dictadura en dictadura, de promesa en traición, se fueron sumando las desventuras y los años. Aristide, el cura rebelde, llegó a la presidencia en 1991. Duró pocos meses. El gobierno de los Estados Unidos ayudó a derribarlo, se lo llevó, lo sometió a tratamiento y una vez reciclado lo devolvió, en brazos de los marines, a la presidencia. Y otra vez ayudó a derribarlo, en este año 2004, y otra vez hubo matanza. Y otra vez volvieron los marines, que siempre regresan, como la gripe. Pero los expertos internacionales son mucho más devastadores que las tropas invasoras. País sumiso a las órdenes del Banco Mundial y del Fondo Monetario, Haití había obedecido sus instrucciones sin chistar. Le pagaron negándole el pan y la sal. Le congelaron los créditos, a pesar de que había desmantelado el Estado y había liquidado todos los aranceles y subsidios que protegían la producción nacional. Los campesinos cultivadores de arroz, que eran la mayoría, se convirtieron en mendigos o balseros. Muchos han ido y siguen yendo a parar a las profundidades del mar Caribe, pero esos náufragos no son cubanos y raras veces aparecen en los diarios. Ahora Haití importa todo su arroz desde los Estados Unidos, donde los expertos internacionales, que son gente bastante distraída, se han olvidado de prohibir los aranceles y subsidios que protegen la producción nacional. En la frontera donde termina la República Dominicana y empieza Haití, hay un gran cartel que advierte: El mal paso. Al otro lado, está el infierno negro. 

Sangre y hambre, miseria, pestes. En ese infierno tan temido, todos son escultores. Los haitianos tienen la costumbre de recoger latas y fierros viejos y con antigua maestría, recortando y martillando, sus manos crean maravillas que se ofrecen en los mercados populares. Haití es un país arrojado al basural, por eterno castigo de su dignidad. Allí yace, como si fuera chatarra. Espera las manos de su gente. 


Eduardo Galeano

Buscame si sos macho!