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Atención! Achtung! Attenzione! Warning! Este blog es apto para todo público aunque contiene insultos e improperios varios y en cantidad alarmante. Cabe señalar la existencia de errores ortográficos graves y vergonzosos, y un cierto dejo de maldad en la mayoría de los posts, por todo lo cual no me excuso... Atención! Achtung! Attenzione! Warning!

Saturday, March 28, 2015

Bolivia 2, reloaded...

Bitacora del capitán Piluso: fecha estelar 5 de Febrero de 2015, hora legal boliviana 19:22, raya del culo inidentificable, luego de viajar por 9 horas en un autobus 4x4 desde Tupiza a Uyuni. Estado sudoral: grave, con pérdidas irrecuperables en las zonas del sobaco izquierdo y peligro de disfunción olfativa permanente para el que se acercara a la zona inguinal. 
En un estado similar finaliza la travesía el valiente o valienta que se lanza a la aventura de transitar la ruta (de las pocas todavía no pavimentada) con destino al Salar. Es menester acodar que venir a Bolivia y perderse el Salar por cobarde es considerado una ofensa federal en la liga de los mochileros. El peregrino, viaja, suda, sufre y completa el viaje a destino con la ilusión del botín: un paisaje que nunca en su puta vida imaginó que se diera en la creación.
Es por ello, que apenas la suela del calzado toma contacto con el polvo local, ofertores de toures al salar embisten como moscas atraidas por caca fresca. Uno debe luchar por mantener la compostura y no perder de vista a sus seres queridos que con frecuencia son deborados por una marea humana que se los lleva, a veces, para siempre. 
El astuto viajero debe rechazar la mayoría de las ofertas, evocando la frase "pero si me acaban de ofrecer el mismo tour a casi la mitad de ESE precio"... Y escapar de la multitud como hacia Castrilli (legendario árbitro de futbol) con la tarjeta amarilla en la mano... El vendedor inteligente, se dará cuenta de que no trata con un europeo recién llegado y se acercará esgrimiendo un precio decente y argumentando que hace una "atención" especial por alguna razón embustera. Una vez sellado el compromiso se procede a buscar un lugar en donde posar las cachas y esperar el alba para iniciar el glorioso periplo.
Resumen: el Salar de Uyuni es la planicie o desierto de sal más grande del mundo con una superficie aproximada de 12.000km2. Durante los meses de enero, febrero y marzo algunas de sus partes se inundan y se produce un efecto de espejo. En sus alrededores se pueden visitar el cementerio de trenes, el hotel de sal, algunos pueblitos con mercados muy turisticos, unas cavernas en donde hay restos arqueológicos de más de 10.000 años, etc.










La experiencia de estar ahí vale cualquier martirio. El silencio y la inmensidad son una pincelada de Dios en el alma. Creo que saqué las mejores fotos con mi ex celular. 

Todavía anonadados por la cachetada de portentosidad, pusimos rumbo nocturno hacia la legendaria ciudad de Potosí. Esta vez, rodando sobre un asfalto de primera, se requirieron sólo 3 horas y una película de Jim Carrey doblada al español como las películas esas que solían pasar en el canal space para arribar. Como un karma interminable, la terminal vieja de la ciudad se encuentra a poco más de 1 km de distancia y a unos 400m de desnivel de la plaza principal. Los mochileros recuperan entonces sus bártulos de las bodegas y parten todos juntos cual caballos de las gateras. Algunos llevan 15, otros 20, otros desubicados, 30kg en sus espaldas, y es ahí, cuesta arriba a 4060 metros sobre el nivel del mar en donde la escasez de O2 empieza a acribillar, primero las fosas nasales de las víctimas y luego los corazones que se empecinan em bombear sangre adolescente de oxígeno a los casi derrotados pulmones. Es divertido ver como van tirando la toalla y de a poco van rindiendose a los taxistas que de cerca y a paso de hombre los vienen siguiendo, conocedores del descenlace de la caminata.
Potosí es una ciudad exquisita. Hermosa y plantada frente al Cerro Rico que es la montaña que bancó al imperio español por más de 300 años con plata y otros metales preciosos y fué, gracias a su "Casa de la Moneda" la que le dió al mundo el simbolo del "$". 
Todavía hoy, existen cooperativas de mineros que siguen extrayendo el mineral en tuneles nuevos y también de la época de la colonia. Se pueden hacer tours también y ver de cerca como es la dura vida del minero y como trabajan dentro de las minas. 






Cerca de Potosí también existe un pueblito de aguas termales llamado Miraflores. En ese lugar se encuentra un hoyo casi circular, muy profundo, del cual mana un agua que llega a una temperatura de 30 grados centígrados y donde puede uno zambullirse y disfrutar del divino líquido antes de salir para secarse y cagarse de frio a una temperatura de 12 o 15 grados mientras se seca.




Habiendo visto Potosí, democraticamente, decidimos proseguir hacia Sucre, la capital constitucional del país y ciudad en donde se dió, exactamente un año antes, el 25 de mayo de 1809, el primer grito libertario de America del Sur y desde donde se exparciría la ideología hacia los territorios vecinos.
La bienvenida fue de las mejores que nos han brindado. Domingo, promediando el mediodía, semana previa al carnaval, los ciudadanos se mueven por las calles alertas, como expectantes... De repente y desde algún punto desconocido se estrella contra la ventanilla del bondi en arrivo un bombazo que deja fuera de combate a una vieja y salpica a dos escolares que estaban sentados cerca. La vendetta no se hace esperar: de algún lugar otros escolares se autoproveen de municiones del mismo tipo y responden el fuego (o agua) hacia una ventana de un primer piso. Al menos 7 bombitas desde el bus en movimiento entran por la abertura y la juventud festeja y se congracia con la vieja impactada. Eso sería solo el inicio de la aventura carnavalezca por Bolivia. 




En la casa de la libertad aprendimos sobre cuan ligada está la historia boliviana a la historia Argentina, y que el 25 de Mayo de 1809, exactamente un año antes que en Argentina, se da el primer grito libertario y revolucionario del continente. La historia de Juana Azurduy y de Tupac Amaru II. Es un lugar muy emotivo y que realmente nos hermana. Alli tambien se encuentran los restos de la primera bandera argentina (blanca, celeste y blanca) que fue abandonada y escondida cuando las tropas Argentinas de refuerzo fueron rechazadas por el ejército realista desde Perú. 
Sucre, fue para nosotros, la ciudad más bonita de Bolivia. Super colonial, limpia, segura y hospitalaria.








Dejo acá porque sigo sin tiempo, pero más que nada sin computadoras disponibles. Mando saludos desde Panamá y ya se que me estoy demorando mucho... Pero bueno se hace lo que se puede...
Chauuuu!!!!!



Wednesday, March 11, 2015

Estado Plurinacional de Bolivia, introducción al

Este país va a ser largo y probablemente pesado (para usted mi querido lector) de describir. La razón es simple: Bolivia es un país complejo pero espectacular!
Todas las advertencias e historias que le conté a Sophia antes de llegar resultaron ser una bazofia. 
La última vez que pisé suelo boliviano fue en Enero de 2006, el año en que asumía Evo Morales como presidente; el primer presidente nativo, descendiente aborígen, del país. La Bolivia que recordaba (y que fue la que me dió un martillazo en la cabeza y me hizo pensar por primera vez en una latinoamérica distinta) era un país pobre, de ciudades polvorientas y de basura acumulada en las calles, de gente callada que no alzaba los ojos al hablar con extranjeros, de vendedores que rogaban para que alguien les compre algo a precios miserables, de mucha belleza cultural, paisajistica y humana, pero terriblemente pobre. Tremenda fue mi sorpresa, como balón que golpea la ingle, al (re)descubrir una nación totalmente distinta a la que mi memoria guardaba. Empezando por su nuevo nombre "ESTADO PLURINACIONAL DE BOLIVIA", que reconoce a las 'minorías' (que no son minorías) y sus identidades, como partes de un solo estado; las rutas pavimentadas de excelente calidad, todas señalizadas y balizadas, con controles regulares por parte de la policía militar; la infraestructura turística (increíbles hostales, limpios, renovados y de gran servicio), los bondis, iguales que los argentos de larga distancia y terminando por la gente: las mujeres (que parecen ser las casi únicas que laburan) miran y hablan con la frente en alto, con orgullo y dignidad; los jóvenes en las grandes ciudades hablando de "mi Bolivia" y de su preocupación por el futuro de su tierra y de su gente, los nativos haciendo por fin las paces (y perdonando mucha historia de maltratos y abusos) con los blancos, etc...   
Tengo que decir que Bolivia, en solo casi 10 años, ha dado un vuelco y se perfila como uno de los países más avanzados en materia social de los países latinoamericanos que conozco. Y acá ríase el ignorante y critique el facho: los nativos bolivianos hablan al menos 2 idiomas (idioma nativo como quechua, aimará, guaraní, dependiendo de la zona, y español), la tierra en Bolivia le pertenece a quien la trabaja; no existen los latifundios desde la revolución/reforma agraria; y todos, absolutamente todos tienen el derecho de ser educados y es obligación que sea en lengua madre. Las ciudades están llenas de carteles que rezan: "TODOS somos iguales ante la ley". Todavía se ve que es un país pobre, pero es una nación que (cuestión ignorada por muchos) camina. Se ve que el compañero Evo viene haciendo las cosas bastante bien. 

Leete esto en este link haciendo click ACA!!! (Bolivia, el milagro mundial)


Bueno, basta de cháchara. Luego de llegar a La Quiaca inicié el proceso de preparar psicológicamente a mis compañeras de viaje (Sophia la alemana, Felicia la francesa y Juli la canadiense) para el cruce a la ciudad de Villazón. Haciendo alarde de mi veteranez en ese cruce fronterizo les expliqué que se iban a encontrar con un país pobre en donde las ciudades de borde eran famosas por su poca esteticidad e inseguridad, en donde el raterismo y las estafas están a la orden del día. Atravezamos el puente internacional con la intención de averiguar horarios de trenes y bondis, sin sellar los pasaportes porque, de ser necesario y debido a la hora (5 de la tarde más o menos) volveríamos a La Quiaca a pernoctar en alguna pocilga. El primer cachetazo que recibí fue de pare de los coloridos edificios y de los grandiosos mercados en la calle principal. Lejos, mucho más lindo, seguro y definitivamente más atractivo que la ciudad vecina argentina. No costó mucho decidir que ni en pedo volvíamos, así que dando una media vuelta pasamos por la aduana, y sellos de por medio, entramos triunfalmente en esta nueva nación!
Las minas me miraban exigiendo explicaciones sobre la cantidad de huevadas que había pronunciado un par de minutos atrás. Y yo no sabía que carajo responder. Este era un lugar totalmente nuevo para mi y había mucha comida en la calle! MUCHA!

Bitácora del capitán: fecha estelar: 3 de Febrero de 2015. 
Cruce del puente internacional La Quiaca-Villazón

Después de caminar por Villazón con la alegría de un niño que sube por primera vez a un autito chocador, tomamos un taxi colectivo hasta la ciudad de Tupiza, la cual también recordaba como un páramo sin ninguna cosa interesante para ofrecer. Otra vez me cerraron el usumique. Desde el hostel, con camas de una plaza y media, de sábanas perfumadas y baños con papel higiénico (cosa poco común en los hostales argentos), hasta su plaza principal con sus edificios históricos espectacularmente iluminados. La ciudad ofrece unos paisajes soberbios de cerros y quebradas desérticas que bien valen una estadía de 3 o 4 días. Lo mejor de todo: los mercados! Ahí se puede desayunar, almorzar, merendar y/o cenar. Ese glorioso mercado fue el lugar en donde probamos por primera vez el api (bebida caliente y densa a base de maiz) y los buñuelos y tortas de queso fritas en grasa de chianchio. Nosotros, lamentablemente, en nuestro afán de llegar a Uyuni, le dimos una rápida ojeada y nos rajamos en el primer bondi que encontramos al día siguiente.







El viajero que se decide por la travesía hacia el Salar de Uyuni directamente desde Tupiza verdaderamente no es capaz de imaginar el calvario que se le avecina. Es esta una de las pocas rutas muy transitadas que quedan todavía por pavimentar. Los bondis que transitan la susodicha ruta son más parecidos a limousinas 4x4 del año del ojete. Uno sube y se sienta con la esperanza de un viaje placentero, pero la primer falla que descubre es que las palancas de reclinación de los asientos no funcionan y que en el mejor de los casos el asiento se reclina unos 5º. La segunda sorpresa es que las ventanillas no poseen burletes de goma y los vidrios no se quedan quietos y van taladrando la mente de todos los pasajeros al son de los serruchitos y pozos. La tercera sorpresa (aunque no es realmente sorprendente) es el grado de pelotudez de varios de los estranjeros que compartían el vehículo; se deleitaban disparando comentarios imbéciles sobre la gente y sus costumbres en inglés como si fueran los únicos simios que lo entienden. Me sigo preguntando para que mierda viaja así esta gente? La quinta cosa (ahhh ni te diste cuenta de que me saltié la cuarta!) que más que sorpresa diversión, era el nudo, trama y descenlace de la cara de los choferes al llegar a un vado (plena temporada de lluvias), frenar el bondi, mirarse, reirse y antes de pisar el acelerador a fondo decir "y bueh, que sea lo que Dios quiera". Por suerte, los carromatos se comportan como anfibios y no se sabe si pasan flotando o la mano negra de Adam Smith los guía a salvo hasta la otra orilla. 
Ya entonces, promediando las 8 horas de martirio, el intrépido que hizo esta ruta evitando ir a Potosí primero para luego volverse hasta Uyuni, arriba a la ciudad y es recibido y acosado por decenas de alegres vendedores de tours al salar... Pero ya escribí bastante y tampoco estoy viajando para pasarme más de 2 horas sentado al frente de una computadora.









Hasta la próxima (vez que encuentre una pc)!!! 

Sunday, March 8, 2015

El norte argento y la ruta 40

El viaje empieza psicológicamente cuando uno ya no se siente a salvo. Dejar Córdoba ciudad, después de un mes y medio en los pagos, colmados de agasajos, amistades, algarabía, banquetes, reencuentros, guitarreadas y muchos etcéteras se sintió nostálgico y triste, pero por oro lado, la expectativa de cruzar el continente mochileando, saliendo hacia la incertidumbre combinó una serie de sentimientos contrapuestos como alegría, tristeza, nostalgia, éxtasis, flatulencias, ansiedad, temor y un poco de comezón inguinal, 
Elegimos pues, seguir la ruta 40 (poco conocida y extrañamente, pobremente explotada) tomando como punto de partida Tafí del Valle. Por alguna extraña razón el peso de la mochila y el tamaño de mi panza parecían inhumanamente (y estéticamente) sobre dimensionados. Creo firmemente además que viajar como mochilero incentiva mi ya prematura alopecia (comentario al margen).

Tafí es un pueblucho tremendamente turístico con unas pocas atracciones, pero la ruta desde Tucumán vale el sufrimiento del peregrino. Es de remarcar que el único hostel existente (hay albergues y hoteles también) incluye en su tarifa desayuno, europeas y cena comunitaria de excelente calidad.





Ya exhaustas las posibilidades de aprendizaje en Tafí del Valle, pusimos rumbo hacia Cafayate, no sin antes visitar las ruinas de los Quilmes. La aventura conviene llevarla a cabo partiendo con un guía nativo, descendiente Diaguita, desde el pueblo de Amaicha. Desde allí se gana la ruta hacia las ruinas en un Jeep destartalado en donde el guía va contando la historia que NADIE enseña sobre las culturas que habitaban los valles Calchaquíes, la llegada de los Incas y la guerra de 130 años que los Quilmes libraron defendiéndose de la invasión española. Nunca falta el pelotudón que quiere hacer una gracia y pregunta si al llegar a la cima del Pucará le dan una cerveza Quilmes bien fria, ni el boludo (ese estereotipo de humano deficiente se repite a lo largo y ancho de todo el viaje) que atentando en contra de todas las indicaciones previas de los guías, los carteles, las reglas y el puto sentido común, come y deja basura en los restos, camina sobre los muros de las ruinas, toca los monumentos y se comporta como un imbécil malogrando el poco patrimonio arqueológico que tenemos. Me reconozco un ser intolerante, pero sigo sin entender como a los guardaruinas o guardaparques no se les permite atacar a estos particulares visitantes con un teaser (pistola que descarga un choque electrico sobre la victima) o un simple látigo de tres o cuatro puntas, dependiendo de la preferencia. Pero bueno, dejemos este tema a los expertos.






Luego de la impresionante visita al Pucará (fortificación en lo alto de una montaña), el destino siguiente fue Cachi. A mi gusto, el pueblo no vale mucho la pena, pero el recorrido, unas 4 horas en bondi hasta Abgastaco + unas 2 horas en 4x4 hasta el destino final, premian al paciente viajero con las más hermosas quebradas y paisajes desérticos que un chuncano como yo haya jamás visto en su país. El día de viaje se ve coronado con una noche en el albergue municipal a 40 pesos en una habitación compartida de 12 camas de olor dudoso, pero con especímenes muy amistosos; y claro, una buena porción de charqui (carne seca al sol), locro o mondongo en una peña en donde todos, absolutamente todos (incluyendo a europeos y argentinos pata dura) bailan chacarera. Que más puede uno pedirle a la vida?








El paso siguiente fue llegar a la ciudad de Salta transitando la Cuesta del Obispo, una ruta pavimentada por partes en un bus con asientos de makiwara (tabla muy dura sobre la cual los karatecas golpean para fortalecer sus nudillos). Acá no hay mucho para decir, más que los choferes a veces frenan en medio de la ruta cuando se encuentran con otro bondi de la misma empresa a charlar; y cuando llegan al mirador de la cuesta nombrada ut supra, frenan por 10 minutos para permitirle a la gente sacar unas fotos y explican un poco que es lo que estamos viendo.





Salta la linda, es verdaderamente, la linda. Una ciudad hermosa, cuidada, limpia y llena de gente. El museo de alta montaña es una perlita, con historia local y algunas momias encontradas a una altura de casi 6000 metros espectacularmente conservadas (en donde se pueden ver casi inalterados los rasgos incas) y en donde hay una momia en una habitación oscura en donde se enciende la luz de golpe cuando uno entra y te cagás entero porque tiene la boca abierta y parece que te fuera a comer... O a dar un beso...
Hay un mirador en donde en su base se cuenta la historia de Guemes, y para subirlo hace falta padecer 14 estaciones de via crucis por escaleras bastante empinadas. Hay mucha gente corriendo o caminando y bastantes más quejándose durante toda la travesía. El botín de guerra es una espectacular vista de la ciudad y sus montañas circundantes.




Fin de enero y el carnaval tilcareño nos llamaba, así que cabalgamos un autobus directo a Tilcara y luego de visitar el Pukará (en donde dos arqueólogos hijos de puta construyeron una pirámide trunca para poner sus nombres en una placa de bronce [NB: en ningún puto lugar ni cultura sudamericana existieron nunca pirámides truncas y hoy, lo primero que se ve cuando uno llega a Tilcara es esa mierda] y se afanaron todo lo que pudieron) nos dedicamos a vagabundear siguiendo las comparsas que con algarabía e instrumentos de viento recorrían el pueblo cuales flautistas de Hamelín, recolectando, en vez de ratas, turistas y conduciéndolos hacia las fauces de una plaza principal atiborrada de borrachos bebiendo guain touro (asi se lo ofrecían a Sophia) directamente de la caja. La fiesta terminó violentamente a eso de las 3am con la irrupción de un grupo de policías que saltaron de improviso de una chata y, macana en mano, procedieron a apresar a un sujeto de musculosa blanca y unos 150kg que intentaba huir pero por lo ancho de su ser no fue capaz de escabullirse entre la gente y resultó interceptado por un valiente oficial que lo esperaba en el punto hacia donde el malhechor se dirigía con su palo acomodado como para batear un home run. Si, como adivinarán, el oficial conectó su bate en el estomago del prófugo y otros dos que venían por detrás terminaron de reducirlo aplicandole sendos palazos en sus pantorrillas. Después de meterlo en el patrullero, nos rajaron a todos a la mierda. El día después viose engrandecido con la visita a Purmamarca y la escalada a dos de sus cerros circundantes. Hasta ese entonces solo había metido a mi organismo empanadas y humita.






El último lugar que visitamos en Argentina fue el poblado aborigen de Iruya, que se encuentra en la provincia de Salta. Ese si que es un lugar especial. El territorio está gobernado por comunidades autóctonas Collas que a veces permiten el ingreso de turistas a sus tierras. Hay varios cerros escalables en donde se pueden ver majestuosos cóndores y ríos que conducen a aldeas perdidas y sin energía eléctrica. Hay en esos lugares tanta paz y la gente vive de un modo tan diferente al que estoy habituado que uno se olvida que ese sea también suelo argentino. Lo único que lo recuerda es que hay que pagar con pesos...







En fin; estoy todavía sorprendido de la belleza y de los tesoros que guarda la Argentina y de lo poco que se conozcan algunos lugares. Me gustó mucho ver a tantos no nativos habitando el norte, incluso en algunos pueblos perdidos. Es muy lindo que las ciudades más grandes de la Argentina se descompriman y que haya gente que elija la vida tranquila y en contacto con la naturaleza como prioridades. 
Una anécdota: una amiga canadiense que hicimos en el camino fue atacada una noche en su cama de un hostel (en teoría a todo culo) por chinches o pulgas. Tenía toda la cara y el gran parte del cuerpo lleno de ronchas. Cuando fue a quejarse, le dijeron que las chinches las traían los mochileros que vienen de Bolivia. Para refutar eso, y sobre todo pujar por la hermandad de los pueblos latinoamericanos y para con el estereotipo erróneo que se tiene de Bolivia y de su gente, voy a declarar que incluso los hostels más caros en donde estuvimos en Argentina son roñosos comparados con los que estuvimos en Bolivia. Asi que las chinches son made in Argentina nomás... O a lo sumo, made in hippie cochino argento.

Ya escribí demasiado. Chau!

Buscame si sos macho!